No hay comentarios

La gran decisión de comprarse una casa

La decisión de comprarse una vivienda es una de las más importantes de nuestra vida, ya que se trata del lugar en el que esperamos vivir para siempre, por lo que es importante valorar qué presupuesto tenemos, dónde queremos comprarla y qué tamaño necesitamos.

Elegir bien la zona y la superficie de la vivienda parece fácil, pero hay que valorar algunos aspectos que probablemente hasta ahora nunca hayamos pensado.

¿Dónde quiero vivir?

A la hora de decidir la zona lo normal es valorar aspectos como servicios cercanos, zonas verdes, la cercanía a la familia, los amigos, haber crecido en ese barrio, y a veces, no valoramos el precio, simplemente estamos dispuestos a reducir tamaño, calidades en pro del barrio, lo que en un futuro nos puede traer problemas.

¿Qué tipo de vivienda necesito?

Las dimensiones y el tipo de vivienda (piso, chalet, apartamento, etc) son fundamentales y pensar en cuál podría ser nuestra situación en los próximos años nos ayudará a tomar la mejor decisión en este sentido. ¿Tengo hijos pequeños? ¿Estoy pensando en aumentar la familia? ¿Tengo personas mayores dependientes? La situación personal de cada uno afecta mucho al tamaño, la vivienda que necesitas según tu estilo de vida de hoy puede no encajar con la que necesites en un par de años. Hay que saber distinguir las distintas superficies:

  • Metros construidos: es la superficie de la vivienda incluyendo todos los elementos, como muros, vigas, tabiques y terrazas. Normalmente es el dato reflejado en los planos de la vivienda.
  • Metros útiles: es la superficie total descontando el grosor de los muros, vigas, tabiques… Supone normalmente alrededor de un 15% menos que la superficie construida.
  • Superficie total o computable: es la superficie construida a la que se añade la parte proporcional de los elementos comunes. Esta es la superficie sobre la que se calculan los gastos de comunidad y la tasación de la vivienda.

En cuanto la zona y el tamaño estén definidos, aunque sea una aproximación, hay que valorar si la vivienda será nueva o de segunda mano, ya que el estado de la vivienda y el precio no será el mismo. En ambos casos la calidad de los materiales, las instalaciones, que todo funcione correctamente, el ruido, el entorno, son importantes. En una vivienda de segunda mano, el estado de algunos elementos como paredes, suelo, ventanas puede incrementar significativamente el precio final que pagaremos por la misma, y es importante tenerlo en cuenta ya sea para asumirlo, para negociar el precio, o para descartar la vivienda. Otros elementos no afectan al precio, pero sí lo harán a nuestra calidad de vida, como es la altura de la vivienda si se trata de un piso, la cercanía a una carretera, la actividad nocturna de la zona, etc.

¿Y cómo encontramos la casa de nuestra vida?

Hay multitud de canales para llegar a ella. Lo normal es hacer una primera búsqueda en internet, mirar carteles en la calle y acercarse a una inmobiliaria. Es importante ser muy organizados, hacer una primera preselección de unas 20 viviendas que iremos a visitar, para luego bajar a 10 y finalmente quedarnos con 5.

Tanto si visitamos viviendas directamente con el vendedor como si lo hacemos con una agencia, es importante llevar un listado de las cosas que queremos que la vivienda tenga por orden de prioridades, nos ayudará a tomar una mejor decisión. Normalmente el agente llevará la lista que le hemos proporcionado y ya habrá filtrado y buscado aquellas viviendas que cumplan más requisitos, sobre todo, que cumplan los prioritarios.

Finalmente es importante informarse sobre el mercado y analizar presupuestos y precios finales con todos los gastos que se pueden imputar.